domingo, 7 de marzo de 2010

Hoy cuando iba a trabajar, a las 9:15 de la mañana de un domingo, algo ha llamado mi atención.

Normalmente, como es previsible, a esas horas, un domingo, no hay nadie en la calle. Pero hoy había gente esperando el paso de 'algo', habían niños y mayores así que pensé que se trataba de la fiesta de Sant Medir, una fiesta de esas con dinamita y caramelos (así resumidod e manera abrupta).

Pues no. Era la Marató, la cursa o algo de eso. Yo de deporte no entiendo. Pues bien, cuando han pasado los corredores y he visto a la gente animarles no he podido evitar llorar. Ridículo. Pero me ha conmovido ver que esa gente había madrugado un dormingo tan sólo para aplaudir unos segundos y dar unas palabras de aliento. Daba igual quien pasara, animaban a todos. A día de hoy donde ya no existen ni el por favor ni el gracias me ha hecho llorar.

JATETÚ.

martes, 20 de octubre de 2009

El cielo cuando está de color magenta llora.

Es cuando el sol empieza a irse a dormir cuando se apiada de todos y el calor no derrite sus lágrimas. Es entonces cuando ese cielo celeste se tiñe de naranja, de mangeta, de morado... como una de esas piruletas que comías cuando eras pequeño que llevaban infinidad de tonos mezclados. Quizás por eso el cielo se pone rojo... porque llora a pulmón como un bebé de días.

En la última hora de la tarde es cuando el sol pierde sus fuerzas y sus rayos se derriten en mil colores e intentan posarse sobre los árboles... pero la gravedad es para todos y desaparecen en el infinito para dar paso a la noche... la no tan solitaria noche, por suerte.

Cada día, en algún lugar del mundo, alguien llora a sus penas al sol cuando se va. Nunca se es el único con ganas de llorar.

jueves, 10 de septiembre de 2009

No quiero tener pesadillas. No quiero preguntar cosas sobre bicicletas estando dormida. No quiero más agujas, ni muertes, ni explosiones de gas, ni serpientes. No me gusta.

Me angustia. Me angustian esos sueños en que ocurren cosas que te aterran. Y lo peor de todo es que ninguno de mis sueños tiene sentido. nada de eso puede ocurrir, nunca.

Mientras tanto, están esas pequeñas cosas que frente a la ansiedad, la angustia, la adversidad me hacen sonreír antes de dormir y al despertar. Nunca fui conformista pero creo que esta vez no me queda otro remedio.

Me conformo con mirar por la ventana en el tren aunque la línea de metro esté cortada y los trayectos me cuesten el doble de tiempo. Me reconforta que me bese en el hombro aún estando dormido, o que apriete mi mano cuando intento soltarla para girarme, aunque yo tenga los ojos como platos y no pueda dormir. El ponerme su colonia me hace sonreír al olerla inesperadamente en algún momento de nerviosismo, o mientras estoy trabajando cuando todos duermen.

No pretendo ser una Amelie, sólo pretendo dejar de lado momentos e incluso años de pesimismo. Intento tomar las cosas como vienen. Intento ser mejor, intento sentirme mejor e intento hacer sentir a los demás mejor.

Y debería intentar dejar de escribir cosas de este tipo.

miércoles, 19 de agosto de 2009

La semana pasada fue la primera vez en 5 meses que ni tú ni yo miramos en ningún momento el reloj.

Y es que es una pena que los fines de semana no existan.

viernes, 10 de julio de 2009

Sé que soy joven pero hoy me di cuenta de que no quiero morirme sin haber disfrutado de cada uno de los buenos momentos que me ha dado y me dará la vida.

Quiero sonreír hasta que las encías se doren con el sol. Quiero llorar de risa y tener agujetas.

No quiero perderme ni un beso ni un abrazo. Quiero reirme tan fuerte y sonreír tan ancho que la fuerza que me invada haga desaparecer todas las espinas que se me clavaron y se me clavarán.

No quiero mirar atrás y habérmelo perdido todo.

miércoles, 8 de julio de 2009

Cumpleaños Feliz.

Hoy, no sé muy bien por qué, tengo ganas de escribir.
Ayer fue mi cumpleaños, y ayer no me dormí ni en mi cama ni en la suya.

Ayer, ninguno de mis exnovios me felicitó por mi cumpleaños. Al final tuve que forzar a mi primer novio a que me felicitara para no sentirme peor persona de lo que me estaba sintiendo.

Ninguno de mis familiares se ha molestado en comprarme un detalle... Gracias por pagarme los regalos que me compro yo, de verdad, pero a todos nos gustan las sorpresas.

Tan sólo tres de mis amigos me llamaron por teléfono para felicitarme.

O soy exigente a más no poder o soy una mierda de persona.

Por lo menos he cumplido 23 años y no 60, así que supongo que todavía me quedan cartuchos.

martes, 26 de mayo de 2009

No distingo muy bien la paz de la felicidad. Nunca me gustó la palabra PAZ. Está contaminada. No creo en la paz como el amor universal. A veces infravaloramos la tranquilidad. Pero no me refiero al 'no tener nada que hacer' sino a estar tranquilo.

Yo recuerdo perfectamente la última vez que estuve tranquila. Creo que fue hace unas tres semanas, casi un mes. Mi paz, mi tranquilidad constaba tan solo de silencio (tan sólo interrumpido por un vinilo girando en el tocadiscos) un sofá y un oso panda. Estamos acostumbrados a darnos cariño, a mimarnos mientras hacemos otras cosas sin pararnos a descubrir el bien que le puede hacer a uno mismo (y a los demás) el centrarnos en mimarnos, como el que está cocinando, viendo la tele, trabajando o haciendo deporte. Tan sólo me dediqué a rozar su cara con mi mano, suavemente, y a recibir las mismas caricias, con algún beso en la mejilla.

Tan solo eso.

Algo tan simple e incluso rídiculo.